lunes, 21 de enero de 2008

El Acordeón

La aparición del acordeón que irrumpe en nuestra área con la promoción de la polka, la Mazurca el Shotis, etc., despertó en el hombre de nuestra campaña todo ese sedimento cultural cuyas características afloraron siempre, de alguna forma, a través del tiempo, y son fácilmente reconocibles y rescatables aún para quien conozca lo que enseño la Escuela de Yapeyú más de un siglo y medio antes.Queremos dejar constancia de un testimonio por demás sugestivo que encontramos en "ARTIGAS estudios publicados en EL PAÍS, como homenaje al jefe de los orientales en el centenerio de su muerte 1850-1950 Segunda Edición"“...Don José Artigas era un muchacho travieso e inquieto... Jugaba mucho a los naipes que es una de las propensiones más comunes entre los que llamaremos gauchos, tocaba el acordeón...”.Siendo Artigas hombre de área guaranítica en constante contacto con su población rural, cabe preguntarnos:¿qué tipo de acordeón se usaba en esa época y en esas campañas?Para nosotros el acordeón, primer instrumento de viento con tonos bajos que dan carácter de fuerza lenta a la música y marcan el comienzo de los pasos deslizados, engarza perfectamente y hasta necesariamente con el “rey de los instrumentos”, el órgano que se fabricaba en Yapeyú. Y, frente al hecho innegable de la capacidad e inclinación innatas del correntino respecto del acordeón, creemos que no es descabellado afirmar que el conocimiento, la fabricación y la enseñanza metodista del órgano moldeó y determinó de algún modo el oído y la creatividad de nuestra región. Allí, en Yapeyú, en la escuela-taller más importante del Río de la Plata, el padre Antonio Sepp (que llegó en 1691) enseñó a construir órganos con pedales e implementó la técnica moderna del “basso continuo” que “dio origen a toda la música occidental”.Hasta ese entonces el hecho principal de la música “consistía en carecer de los bajos hasta en el órgano, faltando así el fundamento; para suplirlo, hacian de vez en cuando tocar el fagote o bajón...”“La función del BAJO-CONTINUO es el acompañamiento. Se trata de un basamento armónico que favorece notablemente al oído y da el pie para no perderse al cantar o bailar” (R.A. Zavadicker).Vale la pena citar aquí lo que, a nuestro juicio constituye una joya de nuestra tradición musical y que aún permanece prácticamente ignorada. Se trata de un texto del Padre Antonio Sepp, del capitulo primero de la segunda parte de su CONTINUACIÓN DE LAS LAVORES APOSTÓLICAS, y dice así:“...Dado que carecíamos, pues, de un buen órgano para pregonar en nuestras iglesias la alabanza de Dios entre los pobres indios, el R.P. Provincial Lauro Núñez dio la orden de construir uno a modo europeo. En mi pueblo de los Tres Reyes Magos (Yapeyú) no pude realizar el trabajo, pues carecía del material necesario; en cambio, el padre Francisco de Acevedo, en su reducción de Itapuá, disponía de una cantidad considerable de plomo, estaño y alambre, todo lo que se necesitaba mayormente para construir un órgano. Fue necesario así que me mudara a Itapuá para comenzar la obra, de este modo me hice constructor de órganos, más bien por ciega obediencia que sobre la base de mis facultades.El padre Francisco Acevedo me dio muchas fuentes de peltre que él había comprado a españoles de aquí alrededor para fundirlas, pues otra clase de estaño no había; pero igual no alcanzaba para los grandes tubos principales y los bodones de 16 pies que se usan para los tonos bajos. Mi nuevo órgano no debía ser mas grande que el de la sala de congregación de Ingolstad, pero aun así no había suficiente estaño para fundir los tubos grandes. Entonces hice de necesidad virtud: Tomé la mejor madera de cedro, la cual aquí abunda, la hice cortar en delgadas hojas, a las que uní y pegue con cola sobre un fino pergamino: le di altura, tamaño y grosor correspondientes y les desaté así la lengua. ¡Oh milagro!, los cedros antes secos y mudos, comenzaron a tintinear, a vibrar y a retumbar de tal manera que los misioneros y los indios en conjunto dieron un grito de asombro: ¡Victoria, victoria, Padre Antonio!Así se expresan los españoles cuando quieren felicitarle a uno en latín, se dice: ¡Vivat. Vivat!. Lo que más asombro les causó fue que vieron la madera de cedro antes muda, asumir un lugar en el órgano y la escucharon competir con los sonidos agudos de los tubos de estaño, cual de los dos vibraba y retumbaba con más fuerza. Jamás se había escuchado algo semejante en Paracuaria.Además, no podían entender como también los toscos y gordos pies podían servir para tocar el órgano cual fieles compañeros que la naturaleza previsora dio a las manos. Al ver como yo hacia cantar al metal fundido y la fina madera de cedro tan vigorosamente con manos y pies menearon la cabeza con asombro, pues no alcanzaban a entender como hacia para transmitir el hálito de vida a la tubería y la hacia hablar con los pies. Pero cuando más tarde les enseñe los alambres de hierro ocultos y comunicados con la cámara de aire, elogiaron y ponderaron la tubería viviente y vibrante, no conocían nada semejante en este país. Sobre todo admiraron los registros que servían para disminuir y aumentar el volumen del sonido a su plena potencia. Este órgano tenia la ventaja de que su templadura concordaba con la de las cornetas y por consiguiente también con la de las trompetas, fagotes y chirimías, lo que es de suma importancia. Los expertos organistas europeos saben apreciar esta ventaja. Así ahora tenemos un buen órgano que he construido con el aporte de mi pueblo y a la manera europea, el cual alaba y glorifica a los Tres Reyes Magos en nuestra iglesia hasta el día de hoy.Y esta presencia del ORGANO se multiplico en las Reducciones. Lo recuerda el P. Furlong citando al padre Jaime Oliver.“...Todos los pueblos tienen su música completa como de treinta músicos...” y “los instrumentos son buenos; hay órganos, claves, etc. , y consta efectivamente la existencia de órganos en dichos pueblos desde mediados o fines del siglo XVII: en Candelaria había tres órganos, dos grandes y uno portátil para las procesiones; en Itapuá había dos, uno grande y otro pequeño, y así en los demás pueblos, había uno o varios, según las necesidades de los mismos”.Recalquemos que, siendo YAPEYÚ durante mucho tiempo, e incluso también hasta después de la expulsión de los padres jesuitas, la Escuela más importante de las Misiones y tratándose de una enseñanza metódica que llegaba a todos los pueblos, esta técnica fue difundida y asimilada en todo el área misionera, pero el FOCO DE IRRADIACIÓN siguió siendo YAPEYÚ.Cabe notar, y de alguna manera dejar constancia de la sugestiva similitud de aquellos pequeños órganos que se usaban en las procesiones, donde mientras uno digitaba el otro daba aire al fuelle, de mano, con nuestro instrumento: El Acordeón. Esto se puede apreciar en “la escena esculpida en alto relieve, de mediados del siglo XVIII y que puede verse aun en las ruinas del pueblo guaranítico de Trinidad”..Otro elemento digno de tenerse en cuenta es la característica del genio de los guaraníes, que también nos la describe el padre Sepp hablando de sus indios.“Tenía en el pueblo de San Miguel a un muchacho indio como alumno, llamado Ignacio Paica, que era músico y tocaba la corneta instrumento que fabricaba también; Además era trompetista, hacia trompetas, cantaba en el coro, era un perfecto armero, platero, caldero, estañero, confeccionaba arneses y cascabeles que mis bailarines usan, como arriba he mencionado, fundia jarras de plata para vino de misa adornándolas con las más hermosas uvas, espigas de trigo y flores de toda clase que sabia grabar magistralmente. Y este mismo Ignacio Paica hacia también esferas y otros instrumentos astronómicos y aprendió, incluso hace pocos días, el oficio de escopetero, que es sumamente importante para nosotros en Paracuaria...”.“...Pero mi Ignacio Paica no es el único maestro que domina tantos oficios. En casi todas reducciones hay uno o varios artistas como el, y siempre son al mismo tiempo, músicos”.“...Dicho sea de paso que todos lo Paracuarios tienen talento musical y aprenden cualquier instrumento en poco tiempo. Uno de los muchachos indios en el pueblo nuevo que aprendió conmigo a tocar el arpa progreso tanto que toca ahora en ella magistralmente las “suites” más difíciles de compositores mundialmente conocidos como Schmelzer y piezas complicadas, en parte compuestas para el violín, de Biber y Truebner. Es más; este chico toca también, con aire sonriente, en el arpa de David, preámbulos, fugas y música militar que hace sudar al músico más experto. Hay que preguntarse si su mano derecha es más hábil que la izquierda o viceversa. En una palabra, bajo sus dedos, las tripas secas de oveja, convertidas en cuerdas empiezan a hablar y llenan toda la iglesia con su dulce sonido”.Junto a esta capacidad de nuestros indios está el echo testimoniado de la cantidad de organeros indígenas, constructores y afinadores de órganos, que se dispersaron por el interior del país. Mas aun, sabemos de alguno de esos maestros de música indios que emigraron por su cuenta o fueron llamados a las ciudades capitales (desde sus pueblos misioneros) y ejercieron allí brillantemente su profesión. Algunos hasta llegaron a cambiarse el nombre guaraní, es decir sus apellidos originales, por otros españoles.Finalmente, si ponemos atención a las progresivas etapas del perfeccionamiento del órgano portátil, creemos hallarnos en una senda interesante que, con la ayuda especializada de los investigadores y estudiosos, podría llevarnos, no solo a la explicación del proceso de folklorización del acordeón entre nosotros, sino incluso la aclaración del origen mismo de este tan querido instrumento. Muy valiosa resultaría para nosotros la posibilidad de acceder a la documentación que pensamos se halla en Bruselas, donde deben conservarse los dibujos del proyecto de instrumentos que fabricaban los indios de nuestras reducciones. Así mismo, se vuelve necesario el estudio serio y detenido de la característica de nuestro “chámamecero” : ese hombre que, sin estudio serio, nos admira con la rapidez con que aprende a tocar “de oído”, por la maestría a la que llega en su ejecución, por la personal expresión al componer, por la felicidad con que desarma instrumentos, de por si complejos, y lo tiempla y hasta le fabrica piezas faltantes. Verdaderamente, un personaje. Un depositario generalmente humilde y olvidado, pero tremendamente rico en cultura.No esta de más decir, entonces, que el ACORDEÓN está folclorizado y es: nuestro instrumento folklórico por excelencia. Y recalquemos, instrumento de viento, no de cuerdas ni de percusión. Característica ésta harto definitoria para la música, la danza y el canto de nuestra área con epicentro en CORRIENTES.

Fuente. Los Amigos de Juventud Chamamecera

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